Discurso de apertura del Relator Especial sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas,
Dr. Albert K. Barume
Cumbre Global de Lenguas Indígenas,
Ottawa, 14 de agosto de 2025
Distinguidos delegados, líderes indígenas, jóvenes, colegas y amigos,
Es un honor dirigirme a esta importante e inspiradora Cumbre Mundial sobre un asunto que va al corazón mismo de la identidad, la dignidad y la supervivencia de los pueblos indígenas: la protección y revitalización de las lenguas indígenas. Agradezco al Comisionado Dr. Ronald E. Ignace y a la Oficina del Comisionado de Lenguas Indígenas por su amable invitación.
Antes de continuar, me gustaría reconocer y agradecer a la Nación Algonquin por darnos la bienvenida en sus tierras y territorios ancestrales. También me gustaría reconocer a los expertos actuales y anteriores de las Naciones Unidas sobre los pueblos indígenas aquí presentes, incluido el jefe Wilton Littlechild, Mariam Wallet Aboubakrine, la profesora Sheryl Lightfoot, Aluki Kotierk y otros.
El lenguaje no es solo un medio de comunicación. Para los pueblos indígenas, lleva la memoria colectiva de sus antepasados, la transmisión oral de los sistemas normativos y la gobernanza, la expresión de creencias espirituales y el intrincado conocimiento de las tierras, las aguas y los ecosistemas. Es un recipiente de identidad, pertenencia y continuidad. Las lenguas también son bibliotecas abiertas para los pueblos indígenas.
Las lenguas indígenas fueron de las primeras en ser atacadas por la colonización, porque silenciar la lengua de una persona va cerrando su alma cultural, desconectándola de sus historias, vaciando sus memorias colectivas y, por lo tanto, haciéndola vulnerable a la subyugación.
Como instrumento jurídico correctivo, la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2007, es inequívoca al afirmar, en los artículos 13 y 14, los derechos de los pueblos indígenas a revitalizar, utilizar, desarrollar y transmitir a las generaciones futuras sus lenguas, y a establecer y controlar sus sistemas educativos e instituciones que impartan educación en sus propias lenguas. La Declaración es igualmente clara al establecer el deber correspondiente de los Estados de tomar las medidas necesarias para proteger y cumplir efectivamente estos derechos, incluso asegurando que los niños indígenas tengan acceso a la educación en sus propios idiomas.
Estas disposiciones de la Declaración no son aisladas; ni establecen derechos nuevos o especiales para los Pueblos Indígenas. La Declaración reformula los derechos humanos fundamentales, tal como se establecen en los tratados y convenios internacionales establecidos, con miras a ajustarlos al contexto de los pueblos indígenas. De hecho, los órganos de tratados de las Naciones Unidas han abordado sistemáticamente la cuestión de las lenguas de los pueblos indígenas, como lo ilustran los pocos ejemplos siguientes. El Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial recomendó que un Estado “proteja y preserve la identidad cultural… de los pueblos indígenas fomentando un entorno propicio para [sus lenguas]”.[1] Este Comité también ha expresado su preocupación por la “invisibilidad de las lenguas indígenas en los principales medios de comunicación”.[2] El Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer ha llegado a la conclusión de que un Estado debe garantizar “oportunidades adecuadas para que las niñas y mujeres indígenas reciban instrucción en sus propios idiomas”.[3]
Sin embargo, a pesar de este marco claro, se ha calculado que al menos el 40% de las lenguas del mundo están en peligro de extinción, la mayoría de ellas indígenas. Más específicamente, “se estima que una lengua indígena muere cada dos semanas“.[4] En algunas regiones, generaciones enteras ya han perdido fluidez en sus lenguas indígenas, lo que ha llevado a una pérdida irremplazable de conocimientos culturales y tradicionales.
Los tres mecanismos de las Naciones Unidas sobre los Pueblos Indígenas, en particular el Foro Permanente de las Naciones Unidas para las Cuestiones Indígenas, el Relator Especial sobre los derechos de los pueblos indígenas y el Mecanismo de Expertos sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (MEDPI), han destacado continuamente la importancia y la urgencia de proteger las lenguas indígenas, como pilar clave de la autodeterminación de los pueblos indígenas.
Un informe del MEDPI de 2012 sobre el tema afirmó que las lenguas indígenas son fundamentales para la identidad, la dignidad y la autodeterminación. Subrayó que la pérdida de la lengua es el resultado directo de las políticas de colonización y asimilación, y que los Estados tienen el deber, en virtud de la DNUDPI y otros instrumentos de derechos humanos, de proteger, revitalizar y promover las lenguas indígenas en asociación con los pueblos indígenas. El informe pidió una acción urgente y sostenida en la educación, los medios de comunicación, la vida pública y la ley para garantizar que estos idiomas florezcan para las generaciones futuras.
Un estudio del MEDPI de 2015 sobre el patrimonio cultural de los pueblos indígenas también subrayó la centralidad de las lenguas para el patrimonio cultural y recomendó medidas urgentes para evitar más pérdidas.
Estos informes y las asesorías posteriores del MEDPI, que recomiendo a todos los participantes que revisen, destacan que la erosión del idioma no es natural, sino que es producto de la marginación histórica y actual, la discriminación racial, las políticas asimilacionistas y el apoyo estatal insuficiente. Los Estados tienen la responsabilidad principal de revitalizar las lenguas indígenas. Después de todo, cualquier responsable de dañar algo tiene la responsabilidad principal de arreglarlo.
Es en reconocimiento tanto de la necesidad como de la urgencia que las Naciones Unidas proclamaron el Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas (2022-2032), para llamar la atención mundial sobre la situación crítica de muchas lenguas indígenas y movilizar a las partes interesadas y los recursos para su preservación, revitalización y promoción.
El Decenio nos proporciona un marco mundial para revertir la ola de pérdidas, ampliar las iniciativas exitosas y fomentar las asociaciones entre los Estados, los pueblos indígenas, la sociedad civil y otras partes interesadas.
Los desafíos siguen siendo importantes e incluyen:
- Interrupción intergeneracional causada por las escuelas residenciales, la asimilación forzada y el desplazamiento que continúa afectando la transmisión del idioma dentro de las familias y las comunidades.
- Recursos insuficientes para la educación lingüística dirigida por la comunidad, la formación de docentes y el desarrollo de planes de estudio.
- Dominio de las lenguas nacionales y mundiales en los medios de comunicación, la tecnología y los sistemas educativos que margina aún más las lenguas indígenas.
- Protecciones legales inadecuadas y falta de reconocimiento en las constituciones, legislaciones y vida pública oficial que socavan el estatus de las lenguas indígenas.
- La brecha digital y el acceso limitado a la tecnología impiden que muchos pueblos indígenas utilicen herramientas modernas para apoyar la revitalización del idioma.
A pesar de estos desafíos, hay avances que vale la pena reconocer y aprovechar:
- Muchos estados han reconocido las lenguas indígenas en la ley y apoyan la educación bilingüe.
- También hay iniciativas lideradas por indígenas para el renacimiento de las lenguas, incluidos programas de aprendizaje, estaciones de radio, podcasts y aplicaciones móviles desarrolladas por los propios pueblos indígenas.
- También hay que tener en cuenta la cooperación transfronteriza y regional, que permite a los pueblos indígenas compartir metodologías, recursos y mejores prácticas[5].
- Y, por último, las tecnologías digitales se utilizan cada vez más para documentar, archivar y enseñar idiomas de manera culturalmente apropiada, con control indígena sobre los datos y la propiedad intelectual.
El liderazgo demostrado por Jóvenes indígenas en la revitalización de las lenguas indígenas es de gran importancia, asegurando que estas lenguas sigan siendo visibles y relevantes en los contextos modernos. Asimismo, las contribuciones de Mujeres indígenas son esenciales, ya que desempeñan un papel clave en la transmisión de valores lingüísticos y culturales a las generaciones futuras.
Para aprovechar estos logros y abordar las brechas persistentes, necesitamos que los Estados intensifiquen sus acciones para:
- Implementar plenamente la DNUDPI, en particular los artículos 13 y 14, asegurando el reconocimiento legal de las lenguas indígenas
- Co-crear políticas y programas con los Pueblos Indígenas, asegurando que la financiación sea predecible, sostenida y adecuada para apoyar la revitalización a largo plazo.
- Integrar las lenguas indígenas en la vida pública, en los tribunales, la administración pública, los servicios de salud y los medios de comunicación.
- Apoyar los sistemas educativos controlados por los indígenas y proporcionar becas, capacitación docente y recursos curriculares.
- Cerrar la brecha digital garantizando la conectividad y apoyando la creación de herramientas y plataformas digitales en lenguas indígenas por parte de los pueblos indígenas, incluidas las aplicaciones de inteligencia artificial (IA).
Para los pueblos indígenas y sus organizaciones:
- Priorizar la transmisión intergeneracional: fomentando el uso en el hogar, la narración de cuentos, las ceremonias y la tutoría entre ancianos y jóvenes.
- Aprovechar el Decenio Internacional para forjar alianzas, asegurar recursos y abogar por una protección legal más sólida, incluido un tratado sobre Lenguas Indígenas.
- Aprovechar la tecnología estratégicamente, asegurando que la digitalización, las herramientas de Inteligencia Artificial (IA) y la enseñanza en línea se realicen bajo control indígena y respetando los protocolos culturales.
- Construir alianzas a través de las fronteras con otros pueblos indígenas para compartir recursos, capacitación docente y estrategias de revitalización.
- Hacer que las mujeres indígenas desempeñen un papel clave en las iniciativas de reactivación de las lenguas.
- Apoyar el liderazgo juvenil en la revitalización del idioma, especialmente en las redes sociales, las artes digitales y la innovación en IA.
El Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas tiene un significado sustantivo más allá del valor simbólico. Es un llamado a la acción, basado en el marco de los derechos humanos e informado por las experiencias vividas y las soluciones de los propios pueblos indígenas.
Debemos recordar que cuando un idioma se silencia, el mundo pierde más que palabras: pierde una forma única de conocimiento, una visión distinta de la relación de la humanidad con la Tierra y una contribución insustituible a nuestro futuro compartido. Esa es una pérdida que no podemos permitirnos.
Actuemos por las lenguas indígenas con la urgencia que exige este asunto, y con el respeto y la asociación que merecen los pueblos indígenas.
Gracias.
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Notas:
[1] Tailandia, CERD/C/THA/CO/4-8, 10 de febrero de 2022
[2] Chile, CERD/C/CHL/CO/22-23, 9 de diciembre de 2021
[3] Perú, CEDAW/C/PER/CO/9, 1 de marzo de 2022
[4] Véase el comunicado del Foro Permanente de las Naciones Unidas para las Cuestiones Indígenas, en: https://www.un.org/development/desa/indigenouspeoples/wp-content/uploads/sites/19/2018/04/Indigenous-Languages.pdf
[5] Los sami de Noruega, Suecia, Finlandia y Rusia colaboran a través de sus parlamentos y universidades para compartir materiales didácticos y capacitar a profesores de idiomas. Las comunidades de habla guaraní en Paraguay, Argentina, Brasil y Bolivia se coordinan a través del MERCOSUR para armonizar la ortografía y los planes de estudio. Los educadores quechuas y aymaras de los Andes intercambian maestros y recursos entre Bolivia, Perú y Ecuador, mientras que los inuit, los yupik y los chukchi del Ártico desarrollan conjuntamente léxicos digitales y plataformas de aprendizaje electrónico. Estas asociaciones muestran que la revitalización del idioma puede trascender las fronteras, permitiendo a las comunidades compartir metodologías, compartir recursos e inspirarse mutuamente.